ALGUNOS DATOS SOBRE EL PARAJE DE ALBIR



En esta ocasión nos acercamos a un paraje al que a pesar de que hemos localizado referencias que lo ligan de antiguo a Valdetorres, apenas lo relacionamos hoy con nuestra localidad.

Nos referimos a Albir, topónimo que seguramente en un principio asociamos al colegio Montealbir que se encuentra en la vecina localidad de El Casar. De ahí que a priori no asociemos este lugar con nada relacionado con Valdetorres.

Sin embargo, si nos acercamos por un momento a la toponimia de la zona nos encontramos con que el camino que actualmente une nuestra localidad con la urbanización la Cueva se denomina precisamente cañada de Albir. Por lo tanto ahí tenemos el primer dato que lo relaciona con nuestro pueblo.

Añadido a esto, vamos a recopilar las menciones a Albir en distintos documentos históricos.

En primer lugar hay que citar la mención de este paraje en las repuestas de Valdetorres a las Relaciones de Felipe II, fechadas en 1580:

“A la cuarta pregunta dijeron  que siendo este pueblo del arzobispado de Toledo se hizo villa por el año de sesenta y tres y que tiene por su alcarria en la jurisdicción de esta villa a Albir que tiene como ocho vecinos y está de esta villa como media legua poco más o menos a la parte de oriente y lo demás que no lo saben”

Lo que se indica sobre la situación de Albir (a media legua y a la parte de oriente) confirma su situación en algún punto de la actual Cañada de Albir, que también se encuentra situada al oriente de nuestra población. La media legua equivale a unos 2,7 kilómetros, por lo que según estos datos la situación aproximada del paraje sería ésta:




Es decir en algún punto cercano a la actual urbanización la Cueva (marcado en azul en la imagen). Como se indica que Albir era una alcarria (según el diccionario de la RAE: Terreno alto, y por lo común, raso y de poca hierba) que contaba con ocho vecinos (unas 32 personas) podríamos pensar que se encontraba en alguno de los cerros cercanos al arroyo de la Buitrera que aunque cuenta con un cauce muy estacional que depende de las lluvias, quizás proporcionara el suministro de agua necesario para cualquier asentamiento.

Si volvemos de nuevo a la toponimia, Albir pudiera derivar del árabe y tener el significado de “el pozo” (Bi-er). En este caso pudiera ser que el origen y centro de este pequeño núcleo de población fuera este pozo, que permitiría abrevar a los ganados y quizás el surgimiento de algún tipo de caserío similar a Silillos.
Esto puede verse apoyado por la existencia del camino del Arroyo del Pozo que transcurre en paralelo a la Cañada de Albir. ¿Es posible por tanto que el paraje se situara entre ambos caminos? (Marcado en rojo en la imagen)

En todo caso podemos pensar que un enclave en el que, según indican las Relaciones de Felipe II, vivían unas 32 personas, debería haber dejado alguna huella en el paisaje, y en el paraje en el que pensamos que podría encontrarse Albir no conocemos por el momento ningún resto que pueda corresponderle.

Por otro lado, las ya citadas Relaciones de Felipe II son el único documento en el que se cita un núcleo habitado. En el resto de menciones que hemos localizado por el momento, únicamente se menciona como lugar de pasto para los ganados.
En las respuestas del vicario Hurtado a las averiguaciones del juez enviado por Felipe II para amojonar el término de Valdetorres en 1564 se indica que “se trata de un ejido o dehesa y que sabe que en el mismo entran a pastar los ganados de los vecinos de varios lugares del común”
Se trata por tanto de un terreno que podían utilizar para pasto de ganado los vecinos de las localidades que pertenecían al común de Talamanca. Esto no es incompatible con la existencia de una especie de alquería, pero es extraño que no se mencione.

Las respuestas de pueblos como Zarzuela, Valdeolmos o Fuente el Saz en las Relaciones de Felipe II abundan en el mismo sentido: se trata de un monte encinar que es del común de la villa de Talamanca.

También resulta extraño que en las respuestas de El Casar no se menciona este paraje en relación con la localidad, algo peculiar si tenemos en cuenta que cuando la localidad vecina se separó de Talamanca se llamó durante unos años El Casar de Montealbir, para desmarcarse de su anterior vinculación a la cabeza del Común.

El paraje de Albir también se menciona en un documento de 1774 en el que la Universidad de Alcalá reclama la exención de diezmos para este lugar de su propiedad. La base de esta reclamación es un documento de 1224 en el que el rey Fernando III confirma las donaciones y privilegios hechos al Monasterio de Santo Audito, donaciones entre las que se encuentra Albir.

Según esto, este paraje sería una de las propiedades que algunas ordenes religiosas recibieron en la zona al término de la Reconquista, de igual forma que el Monasterio de Santa María de la Vid (Burgos) recibió el denominado Soto de la Torre del Rey.

Este Monasterio de Santo Audito o Santuy se encontraba en las proximidades del pico del mismo nombre, entre las localidades de Bocígano y El Cardoso. Las propiedades de este monasterio serán cedidas por el cardenal Cisneros a la Universidad de Alcalá, que es por tanto quien hace la reclamación de la exención de diezmos en 1774.

Con todos estos datos, es posible que el paraje de Albir constara de dos partes, una de ellas, en la que se encontraría la citada alquería y enclavada en las cercanías de la Cañada de Albir, pertenecería a Valdetorres y la otra, probablemente localizada en el termino municipal de El Casar, pertenecería a el Monasterio de Santuy y después a la Universidad de Alcalá.

En todo caso, se trata de un paraje con menciones antiguas y al que se puede seguir el rastro en varios documentos, pero que una vez más, deja más incógnitas que certezas.

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